PROLAPSOS

Prolapsos

Si hablamos de incontinencia urinaria todo el mundo sabe que es y entiende que afecta a mujeres y a hombres, pero cuando digo la palabra PROLAPSO, casi siempre veo una cara rara que me mira diciendo: “¿eso que es?”. Las mujeres que saben lo que es, bien es porque lo tienen o porque alguien de su entorno lo tiene.

¿Y qué es un prolapso?: un prolapso se define como la salida al exterior de un órgano pélvico a través de la vagina. Vuelvo a ver una cara rara y de asombro que piensa: “madre mía…. ¿eso puede pasar?”… si compañeras, puede pasar y voy a explicaros de manera sencilla porque puede pasar.

El suelo pélvico tiene dos funciones principales: la primera es sostener todos los órganos que se encuentran en el interior de la pelvis, en el caso de las mujeres hablamos de: vejiga, útero, recto y vagina. Y la segunda función principal es el control de las presiones intra-abdominales, es decir, cuando tosemos o estornudamos o hacemos un empuje fuerte con el abdomen, empujamos el suelo pélvico hacia abajo y por lo tanto los órganos también se empujan, pero el suelo pélvico se encarga de contrarrestar ese empuje y aguantarlo, asegurándose de esa manera que todo se quede en su lugar. Para realizar estas funciones, evidentemente, necesitamos que las estructuras que forman el suelo pélvico estén fuertes: que el tejido conjuntivo que forma parte de las estructuras sea de buena calidad, que los músculos, tendones y ligamentos estén en buenas condiciones, al igual que cualquier otra estructura de nuestro cuerpo. Si los ligamentos de una rodilla nos fallan, bien por un proceso degenerativo como una artrosis o bien por una lesión, no podemos caminar, pues lo mismo aquí, si nos fallan los ligamentos o los tendones o la musculatura no podremos mantener los órganos en su lugar de forma correcta y es cuando se corre el riesgo de que “bajen”.

La debilidad de estas estructuras puede deberse a distintos factores, el que más influye suele ser el parto, pero también influyen otros factores como las alteraciones del colágeno, que forma parte del tejido conjuntivo, lesiones neurológicas, cirugías previas ginecológicas, la obesidad, el tabaquismo, la menopausia e incluso actividades laborales o deportivas que impliquen un aumento de la presión abdominal grande.

Para saber el nivel de afectación del prolapso existen dos clasificaciones principales:

  • Por grados
    • Grado I: el descenso es de 1 cm por encima del himen vaginal
    • Grado II: el descenso es de 1 cm +/- por debajo del himen vaginal
    • Grado III: el descenso es de + 1 cm del himen y la protusión no es mayor a 2 cms de la longitud vaginal.
    • Grado IV: la protusión sale de forma evidente por la vagina.
  • Según el órgano que descienda:
    • Uretrocele: la uretra
    • Cistocele: la vejiga
    • Histerocele: el útero
    • Rectocele: el recto, invade la pared vaginal.

Según su grado se establece el tratamiento: conservador o quirúrgico. En el tratamiento conservador es donde intervenimos los fisioterapeutas especialistas en suelo pélvico, en los grados I, II y también en el III para intentar retrasar el mayor tiempo posible la cirugía. En un grado IV el tratamiento es quirúrgico siempre que se pueda, porque la salida al exterior del órgano puede hacer que la mujer tenga afectada hasta la marcha.

 

Existen también unos pequeños instrumentos llamados PESARIOS que se utilizan también como parte del tratamiento en los grados más grandes: II y III. Estos pesarios son como una especie de tampón, con una forma diferente, que se introducen por la vagina y ayudan a mantener el órgano en su lugar. Es  el ginecólogo quien lo introduce y enseña a la mujer su manejo.

 

El tratamiento quirúrgico es más complejo y lo que trata es de reparar aquellas estructuras dañadas (ligamentos, tendones, fascias) o bien colocar sistemas de sujeción que ayuden a mantener el prolapso en su lugar como las mallas. Suele tener más efectos secundarios como dolor abdominal y baja calidad sexual.

El objetivo del tratamiento conservador es fortalecer el suelo pélvico mediante ejercicios que ayuden a aumentar la fuerza de los músculos: ejercicios de entrenamiento muscular del suelo pélvico, hipopresivos o electroestimulación. Pero también hay que enseñar a las mujeres a prevenir la posible aparición de un prolapso. De nuevo vuelvo a la idea de que es importante trabajar nuestro suelo pélvico de la misma forma que trabajamos el resto del cuerpo, desde antes de quedarnos embarazada y después, por supuesto. Debemos trabajarlo bien para que este fuerte y cumpla bien su función, no realizar actividades deportivas que puedan dañarlo en exceso, recuperarnos bien después de un parto. Si te gusta correr o hacer crossfit, que está muy bien para mantenerte saludable, luego no olvides trabajar tu suelo pélvico con hipopresivos y ejercicios de suelo pélvico. Si tu trabajo implica muchas horas de pie, hablando mucho, levantarte y agacharte, lo mismo, luego compensa realizando ejercicios correctos específicos para fortalecer tu suelo pélvico.

El prolapso no es una patología que afecte a mujeres menopaúsicas mayores, no se resuelve con una compresa, el prolapso afecta a mujeres jóvenes, que ven como se afecta su calidad de vida bastante, sobre todo a nivel sexual. A nivel profesional, debo decir que los abdominales hipopresivos me han ayudado mucho a recuperar prolapsos grado I, por un parto, y que hemos recuperado de forma temprana y con buenos resultados.

No lo olvides, tu suelo pélvico es parte de ti, aunque no lo veas, lo sientes y debes tratarlo bien, trabajarlo y mantenerlo sano. Después de un parto es tan importante recuperar tu abdomen como tu suelo pélvico y a veces nos olvidamos de él, nos ponemos como locas a hacer abdominales hiperpresivos, con la obsesión de que nuestro abdomen vuelva a su sitio y le hacemos un daño irreparable a nuestro suelo pélvico. El suelo pélvico de una mujer recién parida, aunque el parto haya sido el mejor del mundo, está debilitado y debe recuperarse de forma adecuada para impedir que pueda ocurrir algo como un prolapso, es muy importante recuperarse bien con todas las garantías posibles.

Zara Ramírez.

Fisioterapeuta especialista en Suelo Pélvico.

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