Sí, la incontinencia urinaria puede tratarse y curarse en un alto porcentaje de casos. Por supuesto, hay que hacer una correcta valoración, averiguar la causa y el origen y aplicar un tratamiento adecuado.
La incontinencia urinaria puede afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque las mujeres la padecen más debido a que tienen un mayor número de factores de riesgo tales como el embarazo, los partos o la menopausia.
Su origen es múltiple: puede venir por una debilidad en el suelo pélvico, después de un embarazo y parto; en la menopausia debido a que el tejido se altera, y esto se une a los partos y embarazos que haya tenido la mujer y a muchas otras causas. En las mujeres también hay que tener en cuenta el deporte que se realiza. Si se une un deporte de impacto a un suelo pélvico débil, hay más probabilidades de padecer una incontinencia urinaria.
En el hombre, casi siempre es secundaria a un problema con la próstata: un tumor prostático o un crecimiento excesivo de la glándula prostática.
Hay muchos tipos de incontinencia urinaria pero las más comunes son:
- La incontinencia urinaria de esfuerzo: toses y se produce un escape
- La incontinencia urinaria de urgencia: urgencia de orinar, de forma inmediata y cada poco tiempo.
- La incontinencia urinaria mixta: tiene síntomas de las dos anteriores: urgencia miccional y escapes ante los esfuerzos.
En el caso de las mujeres, la sociedad empuja a pensar que con la edad, los embarazos y parto,etc. sea normal que se escapen unas gotas cuando se estornuda, tose, ríe, carga peso, sube escaleras, salta o corre a por el autobús.
Y claro, la solución a esto: usar compresas, eso sí, especificas para tal cosa…
Para una mujer o un hombre, ser incontinente puede suponer un gran problema, tan grande que afecte a su calidad de vida, provocando incluso depresión o aislamiento social, por el miedo a los escapes, los olores. Estar pendiente de la pérdida de orina, o de la necesidad urgente e imperiosa de ir al baño, interviene en todos los ámbitos de la vida de una persona: nivel social, sexual, laboral y de autoestima.
La Fisioterapia del Suelo Pélvico trata la incontinencia urinaria de forma conservadora: entrenando la musculatura del suelo pélvico, potenciándola, trabajando elementos muy importantes como el diafragma, y otras muchas técnicas. Si una persona se opera de una rodilla y le colocan una prótesis de rodilla, luego el Fisioterapeuta le ayuda a recuperar la musculatura que se ha visto afectada y potenciarla, para que pueda volver a caminar.
Del mismo modo, si una persona tiene incontinencia y está se debe a una debilidad de su musculatura pélvica (por ejemplo después de un parto) el Fisioterapeuta le ayuda a entrenar esos músculos y a potenciarlos, y con esto vuelve la continencia.
En Zensya, contamos con una Unidad de Suelo Pélvico, dónde podemos ayudarte. Si tienes problemas de incontinencia urinaria, seas mujer u hombre, consúltanos. Podemos hacer mucho para ayudarte.