Dolor miofascial y periné

Síndrome de dolor miofascial y periné

El suelo pélvico o periné  puede doler de la misma forma que nos duele el cuello o los hombros. Entre las causas más frecuentes de este dolor está el llamado SÍNDROME DE DOLOR MIOFASCIAL (SDM) que afecta a muchas partes del cuerpo, entre ellas el periné. Todos los fisioterapeutas estamos acostumbrados a tratarlo en consulta, son los llamados puntos gatillo (PG) o tigger points que no solo están  presentes en la espalda también en el periné.

El SDM se define como un trastorno doloroso regional que afecta a los músculos y fascias de forma que los músculos implicados presentan unos puntos gatillos (PGs) como componentes asociados.

El SDM puede tener su origen en una enfermedad de base presente en el individuo: prostatitis (bacteriana o abacteriana), cistitis intersticial, síndrome del elevador del ano, endometriosis, síndrome del piramidal, vulvodinia, coccigodinia, síndrome de colon irritable y cicatrices abdominales. Otras causas que pueden provocar este dolor son: el estreñimiento, las infecciones urinarias de repetición, deportes como el ciclismo o el motociclismo, que suponen una presión continuada sobre el periné, deportes de alto impacto como el tenis, atletismo o gimnasia rítmica y por supuesto el parto, una de las mayores fuentes de dolor miofascial que yo suelo tratar en consulta.

sindrome de dolor miofascial

Las características de este dolor son las mismas que cuando se presenta en un trapecio. Observamos la presencia de puntos gatillos, colocados en una banda tensa,  el músculo no se puede estirar, está acortado y por lo tanto hay siempre una hipertonía muscular. Cuando presionamos sobre el punto, se produce una activación con dolor que además suele referir a otra zona siguiendo un patrón determinado.

Este dolor afecta tanto a mujeres como a hombres y puede ser muy incapacitante y afectar bastante a la calidad de vida de la persona. En el caso de las mujeres, suele acompañarse de dolor en las relaciones sexuales (dispaurenias) y en el de los hombres puede ir asociado a una disfunción eréctil.

Existen también una serie de factores que pueden provocar desequilibrios musculares en la zona, que deben ser estudiados y tenidos en cuenta para que el tratamiento que apliquemos tenga efecto. Hablamos de:

  • Alteraciones posturales: una dismetría en los miembros inferiores puede desviar la columna y tener como efecto secundario la alteración muscular que vendrá acompañada de dolor de espalda y que puede reflejarse en la zona pélvica.
  • La tensión muscular provocada por un sobre uso: estar mucho tiempo de pie o sentado, provoca la activación continua de un solo grupo muscular que acaba sobrecargándose, por ejemplo, la zona glútea y piramidal.
  • Desequilibrios nutricionales: las vitaminas intervienen en muchos procesos de la contracción muscular y una falta o un exceso puede provocar un aumento de la contracción. La falta de vitaminas del grupo B, la vitamina C y minerales como el calcio, hierro o potasio son necesarios para que haya un buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
  • El estrés y el estado depresivo contribuyen más a la hipertonía muscular y a una mala gestión del dolor.

Por todo ello, es necesario que los profesionales expertos en suelo pélvico (ginecólogos, urólogos y fisioterapeutas) conozcan bien este síndrome, para que pueda ser diagnósticado de forma eficaz y tratado de forma temprana. Debe hacerse una buena valoración que permita establecer un diagnostico diferencial, donde se detecten tanto las enfermedades de base que puedan existir como también los factores que pueden predisponer a la aparición de este dolor, sin olvidar tampoco las actividades laborales o deportivas que realiza el paciente y que también pueden influir.

En cuanto al tratamiento que se realiza dependerá de la valoración y de cada paciente, principalmente se basará en la liberación miofascial que consiste en identificar los puntos gatillos y eliminarlos, así como estirar el músculo y bajar su tono muscular, pero también habrá que tratar la causa u origen del problema y los factores predisposantes que hemos visto antes.

Desde el punto de vista de la fisioterapia aplicamos el mismo tratamiento que si se tratara de un trapecio contracturado. Aplicamos una serie de técnicas:

  • Terapia manual:
    • Masaje para ayudar a relajar la zona, de forma interna (en caso de mujeres) y de forma externa (tanto hombres como mujeres), bajando el tono de todos los músculos implicados o que puedan estar contraídos y presenten puntos gatillos: obturador interno, elevador del ano, coccígeo, piramidal y glúteos, principalmente.
    • Desbloqueo del diafragma: para que haya buena movilidad en el suelo pélvico y en el abdomen.
    • Relajación de la musculatura abdominal. Una contractura a nivel de los rectos del abdomen se suele reflejar en el suelo pélvico.
    • Liberación de los puntos gatillos con presiones digitales o con punción seca.
    • Detección de las anomalías posturales tanto en pelvis, columna y miembros inferiores para corregirlas y eliminar el estrés muscular debido a malas posiciones.
    • Importante liberar todas las cicatrices: pélvicas, perineales o abdominales.
  • Electroterapia: aplicación de electrodos de forma externa en el periné o de forma interna (ano o vagina) para estimular la relajación en la zona, favoreciendo la llegada de sangre y nutrientes. El uso del biofeedback ayuda mucho a enseñar al paciente a relajar la musculatura.

Desde el punto de vista médico también se pueden utilizar otras técnicas, sobre todo cuando el abordaje tradicional (fisioterapia) no da buenos resultados. Hablamos de:

  • Infiltraciones:
    • Con anestésicos locales como la lidocaína
    • Con corticoides
    • Con toxina botulímica.

El SDM es un síndrome complejo y el dolor que el paciente tiene puede afectar a su vida de forma importante. Si no se resuelve de forma eficaz, el dolor puede hacerse crónico y todos sabemos que vivir con el dolor afecta a todos los ámbitos de nuestra vida. Además, un músculo que está acortado e hipertónico durante mucho tiempo puede degenerarse de tal forma que luego no sea capaz de recuperarse de forma óptima, es importante que sea diagnósticado de forma eficaz y temprana.

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Zara Ramírez.

Fisioterapeuta Obstétrica e instructora de pilates.

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