DIAFRAGMA TORÁCICO VERSUS DIAFRAGMA PÉLVICO

El diafragma torácico  es un músculo en forma de cúpula situado debajo de las costillas cuya función principal es la respiración humana.

En el suelo pélvico también nos encontramos con dos diafragmas: el diafragma pélvico y el diafragma urogenital. El diafragma pélvico está formado principalmente por el músculo elevador del ano y el músculo coccígeo, ambos músculos y sus distintos haces forman la musculatura profunda del suelo pélvico, formando la mayor parte del suelo de la pelvis. El diafragma urogenital está formado por los músculos transversos profundo y superficial del periné, es una musculatura más superficial, colocada por encima de la otra y que se encarga de sostener los órganos pélvicos en su lugar y hacer un buen cierre de la uretra.

El diafragma torácico trabaja en conjunto con la musculatura abdominal (core) y también con el suelo pélvico (diafragmas). Cuando respiramos de forma diafragmática tomando aire y llenando el abdomen de aire, el diafragma baja hacia abajo, empuja a los órganos abdominales y al suelo  pélvico, por el contrario cuando exhalamos hacemos que el abdomen se vacíe de aire, el diafragma se relaje y suba hacia arriba y el suelo pélvico se contraiga subiendo también hacia arriba.  Esa movilidad de los órganos abdominales permite al estómago o los intestinos realizar de forma correcta sus funciones y al suelo pélvico estar en buena forma. Sin embargo, en el día a día, las malas posturas que adoptamos, cuando estamos sentados sobre todo, hacen que el diafragma no pueda expandirse del todo, no baje de forma correcta hacia abajo cuando inspiramos, no se produce una buena gestión de la respiración y entonces se producen varias cosas:

  • Se ponen en marcha músculos del tórax (escalenos, serratos, esternocleidos…) para ayudar a coger más aire, lo que hace que estos músculos se sobrecarguen, se contraigan y por lo tanto se tensen más y provoquen problemas por sobreuso.
  • La posición encorvada no permite al diafragma moverse bien e  incrementa la presión que los órganos abdominales hacen sobre el suelo pélvico haciendo que el diafragma pélvico no aguante bien la hiperpresión que se produce y acabe por debilitarse, lo que conlleva también una debilidad del diafragma urogenital.
  •  El músculo transverso del abdomen, se ve debilitado porque en esta posición no se usa y debemos tener en cuenta que este músculo nos ayuda, por un lado a mantener una buena estabilidad lumbar y por lo tanto una posición de la pelvis adecuada y por otro,  actúa en sinergia con el suelo pélvico, cuando se contrae hace que se contraiga también el suelo pélvico.

Por lo tanto vemos que el diafragma torácico y el los dos diafragmas que forman el suelo pélvico, se mueven en sinergia, si uno sube el otro sube y si uno baja el otro baja, lo que hace que un diafragma torácico afectado conlleve un suelo pélvico afectado.

Es imprescindible que al hacer la valoración del suelo pélvico se haga una correcta valoración del diafragma torácico, ya que puede implicar una mala gestión de la respiración lo que conlleva una debilidad de la musculatura abdominal y del suelo pélvico.

En la valoración diafragmática lo que valoramos sobre todo es el tono del diafragma, tanto en estado pasivo como activo, en inspiración y expiración, de esta forma determinaremos si se realiza una buena respiración o no. Realizamos test de valoración y si se detecta que está afectado se debe tratar como cualquier otro músculo de nuestro cuerpo:

  • Relajando los pilares diafragmáticos: con masaje, técnicas miofasciales u osteopatía, si lo que ocurre es que está muy hipertónico, no se mueve nada, lo que ocurre sobre todo cuando la respiración es mayormente costal.
  • Estirándolo bien y enseñando al paciente el Autoestiramiento para que lo haga en casa.
  • Enseñarle el patrón correcto de respiración diafragmática.

En las clases de embarazo enseñamos a las pacientes a respirar de forma diafragmática, relajando el diafragma y manteniéndolo lo más flexible posible, pero aún así en el postparto está alterado, ya que durante la gestación se ha horizontalizado debido al empuje del útero hacia arriba y de la recolocación que hacen los órganos abdominales. Normalmente después del parto, el diafragma vuelve a su sitio de forma correcta, pero el dolor por la episiotomía o la cesárea, puede mantener el patrón respiratorio alterado lo que hace que la musculatura abdominal y del suelo pélvico no se contraiga de forma correcta y tarde más tiempo todo en volver a su estado inicial o no vuelva, incluso. Se debe hacer una buena valoración del mismo y trabajarlo bien en el postparto.

Cuando hay una incontinencia urinaria o fecal, también se debe tratar el diafragma porque un diafragma hipertónico, que siempre está abajo, en inspiración,  empujando a los músculos pélvicos, puede debilitarlos más e impedir que cumplan con su función que es mantener el esfínter uretral o anal cerrados,  o los órganos pélvicos en su lugar, con lo que también se puede provocar el prolapso.

En conclusión, el diafragma es un músculo muy importante, que tiene que ver no solo con el sistema postural de nuestro cuerpo, también  es necesario para mantener un buen suelo pélvico.

 

Zara Ramírez. Fisioterapeuta especialista en Suelo Pélvico. 

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